Éste es el cuento de una chica divertida
que al Principito mucho quería.
Tanto le amaba, la muy osada, que casi cada día lo recordaba.
Más no podía hacer, nos podéis creer,
pues ella era humana y él de papel.
Pero un día un chico conoció a una aguja,
que podía hacer hechizos sin ser una bruja.
Podía convertir dibujos y a todos los humanos
en muñecos de fieltro usando sus manos.
El chico le pidió a la aguja que convirtiera a María
en una Mini Tú para toda la vida.
La aguja plantó a María sobre un planeta, al que cosió bonitas flores,
para que estuviera más cerca de las constelaciones.
Y al Principito, ¿no lo convirtió?
No hombreeeee nooooo, es el misterio el que mantiene vivo el amor.
La dejó en el planeta para que esperara,
leyendo su libro, su llegada.
Los créditos
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